miércoles, 25 de noviembre de 2015

Reseña - Flash: Temporada Cero

Este mes ha llegado a esos fantásticos lugares llamados tiendas de cómics, donde nos llenamos de ilusión y vaciamos de ahorros, un curioso elemento. Una pequeña grapa con el título de Flash: Temporada Cero, que por sólo 1€ promete traspasar a las viñetas el Universo de la serie que ha puesto de moda los superhéroes en televisión. Por supuesto, como gran aficionado que soy a los cómics, libros, a las series y al cine, sé que la adaptación a las pantallas suele ser traumática. Pero aún sé de mejor tinta, nunca mejor dicho, que la adaptación de lo audiovisual a lo que está narrado en viñetas suele ser catastrófica. Es por eso que cogí esas pocas páginas con nula ilusión y algo de preocupación.


La sorpresa llegó pronto, al ver que después de la introducción necesaria (que ya se sale un poco de lo habitual) vemos una historia ligada a la serie, pero que recorre su propio sendero. Por supuesto, encontramos aquí las versiones de Barry y compañía que hemos conocido en la CW. Aún así, son capaces de sorprendernos con algunas salidas de tono poco habituales en la serie, quizás por su orientación muy familiar, que nos permiten ver otras facetas desconocidas de los protagonistas. El ejemplo más claro es un Eddie sobrehormonado que a pesar de estar trabajando y con el padre de su novia rondando por ahí, sólo quiere retozar y acaramelarse con Iris. Una variante curiosa y sorprendente a partes iguales que nos trae un par de momentos graciosos en esta grapa.


Más allá de estos detalles menores, lo que nos encontramos en esta Temporada Cero son las historias no contadas del hombre más rápido del mundo. Pequeñas tramas, sin peso real dentro de la historia de Flash, que nos cuentan los encuentros de Barry con curiosos metahumanos. En esta primera historia las cosas se ponen muy circenses, con resultado divertidos y, sobretodo, muy amenos. Porque a eso aspira esta colección, a ser un pasatiempos para aquellos aficionados a la serie. No esperéis grandes tramas ni la evolución del personaje, porque todo eso tiene lugar en la ficción televisiva. Aquí encontraremos unas historias intrascendentes para reírnos y desconectar. Y de momento en este primer número lo consiguen.


Pero uno de los alicientes más granes para mi en esta extraña línea editorial es su dibujante: Phil Hester. Criticado por muchos por hacer un dibujo cartoon, a mi me parece un gran artista con muchos recursos y un dibujo sencillo pero muy resuelto. Es verdad que tiene ese estilo característico que se aleja del realismo, pero a mi me resulta muy interesante. Además, pocos narradores visuales he visto como Hester, y sobretodo adoro su capacidad para dar vida a las expresiones en los rostros de sus personajes. Todo para crear esta obra ligera y sin importancia en el Universo DC. Pero eso no es malo, porque no hace falta que todos los cómics sean sesudos, y de vez en cuando apetece algo así que, además, viene a muy buen precio.

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